¿Sabías que estás sufriendo violencia psicológica?

Esta suele ser de hecho, mucho más peligrosa que la física.

Muchas veces escuchamos la palabra violencia y lo primero que se nos viene a la mente son golpes. Y no, no necesariamente se trata de golpes. En la vida existen personas que suelen ser violentas en su expresión y sin darte cuenta te están agrediendo de forma psicológica y emocional.

Para mí en lo personal, la violencia psicológica es la más destructiva, incluso más que una física. ¿Por qué? Fácil. Te peleas con tu hermano y el muy idiota te suelta un “golpecillo”, el resultado aparte de tu gran enojo probablemente sea algún moretón o un poco de sangre molida y en un caso muy extremo hasta sangre (pero aquí no estamos hablando de esos extremos). Pero si te peleas con tu hermano y este en vez de pegarte, comienza a decirte cosas como “eres un tonto”, “siempre te equivocas”, “no sirves para nada”, “todo lo que haces está mal”, o bien cuando te acercas te rechaza o simplemente te ignora o demuestra indiferencia hacia ti, lamento decirte que estas siendo agredido psicológicamente.
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Lamentablemente este tipo de agresión es invisible, pasa desapercibida fácilmente y no deja huellas físicas, sin embargo, tiene un gran poder de minusvalía y además es sumamente dolorosa. Los golpes y las marcas se borran; las palabras, agresiones verbales, el rechazo, humillaciones y el menosprecio no. A nadie le gusta que le estén diciendo lo poco que valen (para el que agrede), porque todos debemos saber que valemos muchísimo. Este tipo de agresiones hieren muy a fondo, sobre todo cuando se convierten en el pan de cada día; provocan la baja autoestima, inseguridad, debilidad, un alto grado de vulnerabilidad frente a la persona que agrede y en muchas ocasiones depresión. Puede pasar de ser un simple conflicto a nivel personal, a convertirse en social y muchas veces hasta laboral; afectando entonces de una forma más grave la estabilidad de una persona.

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No permitas que te agredan psicológicamente, no necesita haber golpes para estar sufriendo de violencia, unas simples palabras o el trato indiferente pueden hacer la diferencia, valórate y aprende a poner tus límites. Todos merecemos respeto, respétate y hazte respetar. No sufras en silencio una situación dolorosa, mucho menos lo tomes a la ligera; de ser necesario, busca ayuda u orientación profesional, toma de nuevo la rienda de tu vida, toma el camino correcto y sobretodo mejora tu calidad de vida.

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